We could have it all (Lara)

por Invitado Miér Sep 19, 2012 10:13 am

01:00 am๑ Jardines ๑ Caluroso ๑ Lara

We could have it all

Una de la madrugada de un lunes, al día siguiente tenía clase, pero, ¿desde cuando ese era un impedimento para salir de fiesta? Las salidas nocturnas de Jonathan y mías eran conocidas en todo el instituto, incluso los profesores estaban al tanto de ellas, sí, era más que evidente que cuando se topaban con nosotros por los pasillos a la seis de la mañana no era porque ese día habíamos decidido madrugar. No obstante, preferían ignorar el tema y hacer como si supiesen nada, eran conscientes de que si se metían con alguno de los dos iban a salir perdiendo. ¿Para qué si no donaba mi padre grandes sumas de dinero mensualmente? Pues para que su único hijo fuese intocable, aunque con tal solo pronunciar mi apellido ya lo era. Así funcionaban las cosas en este mundo, los ricos eran los reyes del mundo y los pobres eran unos don nadies. Por fortuna yo había nacido en una familia de clase muy alta, a mi padre le sobraba el dinero por todas partes y yo me aprovechaba de ello, no tan solo de eso si no también del prestigio y los privilegios que conllevaban llevar el apellido Heatcliff. Nada de esperar ni pagar copas en las mejores discotecas de la ciudad ni tampoco tener que reservar mesa en los restaurantes más exclusivos, ¿qué importaba si la cola llegaba hasta la otra calle o si había dos meses de espera? Por favor, era un Heatcliff y a un Heatcliff nadie le podía hacer esperar.

Jonathan y los demás de mi grupo de “amigos” se encontraban en un bar que estaba a un quarto de hora del instituto, de los cuales de la mayoría no me sabía su nombre, solamente eran chicos de clase alta con los que salíamos cuando nos interesaba, aunque en muchas ocasiones las fiestas nos las montábamos solos. Al fin y al cabo el único que me importaba de todos ellos era Jonathan, el era mi verdadero amigo pese a que desde que había comenzado el curso las cosas entre nosotros no estaban demasiado bien, sí, yo hacía como si no pasase nada pero me había dado cuenta de la forma en la que miraba a Lara, joder, con todas las chicas que había en el instituto tenía que haberle puesto los ojos a ella. Y el tío parecía realmente interesado por ella, nunca antes le había visto insistir tanto con ninguna chica. Pero a mí me daba igual, esa chica era mía le gustase a él o no, ni siquiera sabía porque repentinamente había vuelto a centrar mi atención en ella cuando la había podido seguir teniendo como se me antojase, sin embargo este año había visto algo diferente en la castaña. No tenía la menor idea de lo que era, pero desde el primer instante en el que me había cruzado con ella en el pasillo me había dado cuenta de que volvía a interesarme.

Caminé con tranquilidad por los jardines para colarme por una de las salidas en las que sabía que no habría ningún prefecto, aunque si me topaba con alguno siempre podría poner cualquier excusa barata. Por favor, si todos nos saltábamos las reglas. ¿Quién no salía a las noches?

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por **The Boss** Vie Sep 21, 2012 12:18 am

¿Qué hacia Lara Hudson a la una de la mañana en el Le ‘Rouse? Pues que más! Haciéndole un favor a su amada tía Sophie. Esta le había dado las llaves de la escuela para que Lara sacara los exámenes de su taquilla y se los llevara, ya que como profesora, Sophie tenía que corregir esos exámenes y tenía que ser para ese mismo día a las 7:00 am. La morena sabia que cuando entrara a clases tendría unas ojeras de aquellas, pero sin embargo se levanto de su cama, saliendo de la tranquilidad de su hogar y caminando por las, a esas horas, desoladas calles de Londres. Todas las personas andaban metidas dentro de los bares y antros lo que hacía que las calles estuvieran vacías. Le había dicho a Sophie que se tomaría un taxi, pero no quería estarse una hora esperando a que se dignaran a parar, además, quería estar lo más pronto posible en su casa para poder descansar, tenía una importante lección que dar y no estaba para desvelarse.
Llego en un santiamén al instituto, ya que había apresurado el paso a un ritmo acelerado, no quería andar sola tan tarde, pero Dylan dormía como un tronco y si lo despertaba sabia que la sacaría a almohadazos de su cuarto. De todas maneras, no es que corriera mucho riesgo de ser abordada por una banda de babosos. Con sus Jeans holgados, su camisa a cuadros, holgada también y sus converse, apenas y si parecía un chico con pelo largo. Debía aceptar que le encantaba vestir como varón, le quedaba muy guay y además era cómodo. Si algo le gustaba de su hermano menor, era el buen gusto que tenia por la ropa.

Entro por la puerta trasera y se interno dentro del oscuro establecimiento yendo a la sala de maestros. No tardo en entrar, sacar los exámenes, cerrar todo y salir. Para salir del instituto tenía que cruzar por los jardines, para su desgracia el hecho de haber caminado tan rápido le agarroto los músculos de las piernas y pronto tubo un calambre –Ahh carajo!- gruño por lo bajo mientras se sentaba en un banco estirando la pierna, su rostro estaba crispado por el dolor, no soportaba la rigidez y la tirantez de los músculos. Tras inspirar y expirar varias veces, se tranquilizo y la pierna volvió a andar a la normalidad. Miro a su alrededor, lo raro era que el prefecto no anduviera dando vueltas por allí o al menos los de seguridad. Estaba casi desierto… y menos mal que dijo casi. Porque pronto escucho unos pasos acercarse por donde estaba ella.

Se puso rápidamente de pie, aunque ella no tenia porque ocultarse, estaba allí bajo permiso de una profesora y además los de seguridad y los preceptores confiaban en ella y le tenían estima. Suspiro tranquila, y comenzó a caminar despacio hacia la salida, los pasos se habían dejado de oír y no sabía si era porque la persona se había ido o había alguien detrás de ella observándola. Miro para atrás y no encontró a nadie, paso saliva intranquila y cuando volteo choco contra una espalda grande y dura- Por Dios!!- exclamo cayéndose sentada en el suelo, la había tomado muy por sorpresa- ¿Qué diantres haces tú aquí?!- pregunto frunciendo el ceño, viendo a la última persona que hubiera deseado ver en esa madrugada, Freddy Kruger era mejor opción. Lucan Heatcliff, estaba allí parado frente a ella, tan guapo como siempre. Lo odiaba. Si pudiera huir de esa mirada suya y no verlo nunca más, seria eternamente feliz. Pero por desgracia, debería soportarlo todo lo que restaba de este año.

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