Tarde o temprano iba a pasar (Castiel)

Llevaba hablando con un chico del instituto una semana más o menos y parecía ser bastante majo. La verdad es que eso me sorprendía, la mayoría de los chicos de todo el colegio me trataban como a una puta. Vale, a todos les volvía locos y con todo aquel que quisiera podía mantener una relación, pero siempre se basaba en lo mismo: sexo y más sexo. En cambio con aquel chico, era diferente, parecía que le interesaba realmente.

No solía quedar mucho con chicos desde que tenía ese rollito con Castiel, pero de vez en cuando me gustaba darle a ver que yo seguía soltera y que si él hacía lo que le daba la gana, yo mucho más. Por eso quedé aquel día con Peter, el chico que parecía amable. Habíamos dicho de ir a tomar un refresco cuando acabásemos las clases en el aparcamiento de los coches, así cogeríamos el suyo y nos iríamos juntos. Era un buen plan y me apetecía conocerlo más, sin ningún tipo de obligación a nada.

Salí de la clase correspondiente de última hora y fui directa donde habíamos quedado. Peter, me recibió con una agradable sonrisa e incluso abrió la puerta del copiloto para que entrase. Todo un caballero y aquello me gustó. Entré dentro y acto seguido lo hizo él. Hablamos unos cinco minutos de como nos había ido el día, pero no se decidía a arrancar el coche.- Bueno, ¿nos vamos? -Pregunté de forma agradable para ser yo.- Él negó con la cabeza y me dijo que para lo que íbamos hacer no hacía falta que nos moviésemos de ningún lado.

Agarró mi cabeza con fuerza y me plantó un beso de lo más baboso, yo me intentaba apartar pero no me dejaba. Sus manos pasaban por mis pechos y bajaban rápidamente hasta mi entrepierna.- Para. -Le dije seria, pero ni siquiera me hizo caso. Aquello se estaba yendo de las manos y no podía hacer nada. De repente y para mi suerte, uno de los coches de al lado, apareció y el chico paró de golpe. Aproveché ese momento para abrir la puerta y salir. Peter, sonrió con sorna y guiñó uno de sus ojos con chulería. Yo en cambio, me quedé totalmente abatida en el suelo.. las piernas me temblaban y no podía ni moverme.

Había pasado de ir a las últimas horas de clase para ir a dar una vuelta y hacer algunos recados que tenía pendientes. Además no tenía un buen día y bastante que había aguantado las primeras horas en aquel lugar.
Iba conduciendo de camino al instituto fumándome un cigarro tranquilamente. Aquellos momentos me daban vida. Solo en el coche, con la ventanilla bajada y con el aire entrando dentro, fumándome un cigarro y con la música alta. Nadie podría imaginarse lo bien que me sentaban aquellos momentos.

Llegué al aparcamiento del instituto dando la última calada a mi cigarro y tirándolo después por la ventanilla. Lo aparqué perfectamente al lado de un coche en el que había dentro gente, pero en aquel momento ni siquiera me fijé. Me quité el cinturón y saqué la llave del contacto del coche y salí, cerrando la puerta justo en el momento en el que el coche de al lado se iba de allí a bastante velocidad.
Rodeé mi coche para digirme hacía la puerta y en el hueco que había dejado aquel coche me encontré a Allison tirada en el suelo con la cara totalmente descompuesta-¿Se puede saber que te ha pasado ahora para que estés aquí tirada? Espera no me lo digas... ¿otra de tus rabietas de niña rica?-Comenté sin mostrar ni una pizca de simpatía. Aunque la verdad era que aquello me olía bastante mal. Miré por última vez antes de que desapareciera el coche a lo lejos y memoricé su matricula. Volví a mirar a Allison al ver que no reaccionaba y me agaché para ponerme a su altura mientras mantenía mis manos en los bolsillos de mi chaqueta-Allison dime que coño ha pasado-Dije esta vez empezando a cabrearme. No con ella, si no con lo que la hubiese pasado. Sus piernas temblaban y tenía la mirada incluso perdida. Me estaba oliendo lo peor y podría decir que incluso me estaba preocupando por ella. Si, aunque no lo demostrase, últimamente no sabía por qué pero me preocupaba, me preocupaba que pudiese estar con otras personas y en el caso de ahora, me preocupaba que pudiese pasarla algo. Aunque nunca se lo dejaría ver.

Aunque no quisiera admitirlo, muy dentro de mí sabía que aquello iba a pasarme algún día. Era triste, pero me lo había buscado yo sola. Yo me había creado esa puta fama, tirándome a tíos en lavabos, conserjerías.. Pero realmente tenía motivos, no tenía la culpa. El primero fue mi ex novio, Jonathan, con el que duré más de dos años y luego.. luego vino Castiel. Esa era la única persona que me atormentaba, no sentía nada por ella y me lo tiraba en todos los lados posibles. Me decía que fuese y perdía el culo por ir. Iba de durita, pero a la mínima caía.. y ahora tenía una fama de mierda.

Resoplé en el suelo, con la mirada totalmente perdida, aquello me había superado por completo. Tenía la cremallera bajada del pantalón y la camiseta algo levantada y ni siquiera podía ponérmela bien. ¿Para qué? Era una furcia igualmente y lo que me había pasado me lo merecía.

Escuché el ruido de una puerta al cerrarse, seguramente sería del coche que gracias a quien fuese, me había salvado de una buena. No quería ni imaginar lo que hubiese pasado diez minutos más tarde. Intenté que al pasar la persona por mi lado no me viese demasiado aturdida y ''empanada'', pero es que juro que no podía ni mover un dedo. La cosa cambió cuando escuché la voz de la única persona que deseaba no encontrarme en esos momentos. Si alguien había en ese instituto que no era delicado conmigo, ese sin duda era Castiel.. y como no, ahí estaba. de pie, junto a mí.

Ladeé la cabeza para mirar lo que decía y negué con ella acto seguido.- Vete a la mierda, subnormal. -Dije con toda la rabia posible y con un gran nudo en la garganta. No podía entender como alguien podía preocuparse tan poco por una persona que estaba en el suelo. Estaba harta de que me tratase como una auténtica retrasada y niña consentida, cuando no tenía idea de nada. Le quite la mirada rápida, haciendo ver que no existía. A veces me daba la sensación de que la fama que tenía en ese momento en el instituto, me la había creado él. Castiel siempre se dedicaba a dejarme en ridículo delante de todo el mundo, así que era de esperar que dijese lo guarra que podía llegar a ser.

No tardó demasiado en insistir un poco más, supongo que mi cara no era la misma de siempre y aquello le pudo preocupar.. aunque lo dudaba. Seguramente al verme tan poco receptiva, le jodía el simple hecho de no poder follar conmigo en ese momento.- Oye a chillar te vas a tu casa. -Mi tono era seco, sin enfado ni nada por el estilo.- ¿No te das cuenta de qué no estoy bien? Ah no, perdona.. había olvidado que a ti solo te importa tu puto culo y las veces que te corras al día. -Hice un esfuerzo bastante grande y me levanté del suelo. Pero lo malo fue que no me acordé de lo de antes; tenía la cremallera bajada y la camiseta algo subida. Lo coloqué todo bien con rapidez y empecé a andar para irme de allí.

Estaba acostumbrado a que Allison me contestase de malas formas. Me lo ganaba a pulso y mis contestaciones solo provocaban respuestas de aquel tipo. Lo sabía y era consciente, era algo a lo que estaba acostumbrado. Aunque también era cierto que a diferencia de mi, en los momentos en los que estábamos juntos alguna que otra vez intentaba hablarme de forma agradable, cosa a la que yo nunca la correspondía.

A pesar de aquello me contesto de forma atacante pero sin estar enfadada, más bien como queriendo que la dejase en paz simplemente, o tal vez únicamente sin fuerzas. En cualquier otra ocasión hubiese pasado de ella, me hubiese reido y me hubiese largado, pero cuanto más la miraba más me daba cuenta de lo que estaba sucediendo. Fuese quien fuese el cabrón que estuviese en ese coche había intentado abusar de ella. Su camiseta estaba dada de si y el pantalón medio bajado.

Se levantó para irse pero antes de que se alejase demasiado la cogí del brazo haciendo que parase y se girase para mirarme-Que solo te quiera para follar no quita que me interese saber quien ha sido el hijo de puta que te ha dejado así. ¿Aunque sabes qué? Eso te pasa por lista, te pasas el día echándome en cara que la fama de guarra es por mi culpa y te acabas tirando al primero que te encuentras-Dije aquello queriendo hacerla sentir peor aún y con rabia. No era la mejor ocasión para decir aquello y solo haría empeorar las cosas. Pero solo el hecho de pensar que aquel imbécil la había tocado hacía que me hirviese la sangre. Aunque al verla con aquella cara y de aquella forma me había hecho arrepentirme un poco de mis palabras. La solté y me pasé la mano por la cabeza respirando hondo intentando no seguir diciendo todas las cosas que me venían a la cabeza-Ven conmigo, no pienso dejar que entres así al instituto-Lo había dicho casi como una orden pero en un tono más suave del normal en mi forma de hablarla, estaba seguro de que lo había notado. Además no estaba en condiciones de entrar al instituto así, todas las miradas irían a ella y todo el mundo comentaría sin saber nada de lo que había ocurrido.

Encima de sentirme como una puta mierda, el hecho de que Castiel estuviese viendo mi estado de ánimo, conseguía que también sintiese vergüenza.

Seguí caminando cuando de repente noté como me agarraban del brazo. Si hubiese estado bien y aún pudiese tener algo de fuerzas, lo más seguro es que quitase mi brazo de un fuerte golpe, pero no podía, así que me resigné y me giré para ver que quería. La cosa empezó bien, me dijo que aunque solo me quisiera para follar, cosa que ya sabía, también le interesaba saber quien me había hecho aquello. En cierto modo, al escuchar aquello me entraron ganas de decirle todo, de contar lo que había pasado y de llorar como una niña pequeña. Pero, ¿como no? no tardó ni dos segundos en cagarla. No podía creer que esas palabras saliesen de la boca de alguien que más o menos hacía lo mismo que todos; utilizarme.

Mis ojos se clavaron en los suyos con total seriedad. Agarré su mano con firmeza, que aún estaba en mi brazo y lo aparté.- ¿Ves lo que acabo de hacer? -Pregunté mientras notaba como mis ojos se llenaban de lágrimas.- Pues va a ser la última vez que me toques porque no quiero saber nada de ti, hijo de puta. -Estaba hablando muy en serio, no era como esas veces que decía cosas sin sentido y luego acababa tirándomelo en cualquier lugar del instituto.. estaba vez era de verdad. Acababan de forzarme y lo único que se le ocurría decir, era que me lo merecía. Impresionante, se había coronado.- No quiero que me vuelvas a hablar en la vida, no quiero que me dirijas una mirada y no quiero que mi nombre salga de tu sucia y asquerosa boca. ¿Te queda claro? -Insistí por si acaso se pensaba que aquello lo decía por decir.

Cuando me ''ordenó'' de forma más calmada que fuésemos a algún lado para que no me viesen así, cayó la primera lágrima de mis ojos. La limpié con rapidez porque no quería darle el gusto de que me viese hecha una mierda. Aclaré mi voz y le miré con decepción y desgana. Una cosa era estar como el perro y el gato por el motivo que fuese y otra era esto.- Te voy a decir una cosa y me voy a ir de aquí; todo esto es por tu culpa.. No sabes cuanto me arrepiento de haberte conocido. -Al decir aquello, bajé mi mirada y empecé a caminar de nuevo dirección a la calle. No iba a ir a clase.-

Nunca había estado en una situación como aquella por lo que no sabía de que forma actuar. Siempre resolvía las cosas del mismo modo pero nunca habían llegado a ser de esta gravedad.

Apartó mi mano de su brazo y empezó a escupir palabras una tras otra, dejándome claro que lo que fuese que teníamos se había acabado e incluso haciendo que me empezase a sentir culpable por lo que la acababa de pasar. Sabía que no había sido culpa mia pero lo peor es que estaba consiguiendo que yo mismo en el fondo sintiese que si. Si hubiese estado conmigo únicamente como ella quería en el fondo nada de esto hubiese pasado. Pero yo no quería nada de eso, no quería una relación, no creía en las relaciones y estaba seguro de que no sabría ni respetarla, ni llevarla bien. No sabía tratar bien a nadie y era consciente de ello.

No era la primera vez que decía que no la volviese a tocar, pero sabía que esta vez si que lo decía realmente enserio. Aparté la mirada de la suya y tensé la mandíbula. Que me dijese aquello me estaba molestando. Era la primera vez que se atrevía a llevarme la contraria, a darme ella la patada a mi. Aunque la verdad era que me había comportado como un cabrón en aquel momento, justo después de que ella acabase de pasar un momento delicado.

No dije nada y la dejé marchar. Nunca iba detrás de nadie y no iba a ser menos en esta ocasión. Me giré viendo en que dirección iba y me fui hacía el coche. Me quedé parado pensando en lo que había pasado. Lo mejor hubiese sido largarme y olvidarme de aquello pero por alguna razón no pude. Arranqué el coche y fui detrás a una distancia prudente para que no se notase demasiado. Quería asegurarme de que llegaba bien por lo menos.

Estaba tan humillada y triste que podía notar como mi corazón incluso latía de forma extraña. No entendía por qué me pasaban ese tipo de cosas a mí, era una chica normal en el fondo. Todo aquello me superaba, de hecho muchas veces cuando quedaba con un chico que me gustaba y acababa pasando algo, luego llegaba a mi casa y me duchaba hasta tres veces para no sentirme tan sumamente sucia, pero lo de hoy.. lo de hoy había pasado de lo normal.

La cara de Castiel al decir aquello no fue demasiado agradable, pero sabía perfectamente que no iba a venir detrás de mí, él era así. Tampoco quería que lo hiciese. No entendía el tipo de relación que llevábamos, cuando ninguno de los dos reconocía al otro que algo sí que sentía, aunque claro, ni yo misma sabía si sentía algo por él. Las cosas no eran fáciles y por lo que había escuchado en los comentarios que la gente hacía sobre mí, Castiel me ponía de zorra para arriba.. era de esperar.

Caminé por la calle sin mucho esmero, mirando de vez en cuando para atrás no fuese que alguien del instituto estuviese viendo lo patética que podía llegar a ser, pero de momento nada. Pensé en ir a casa de alguna amiga, porque tal y como estaba no quería ir a mi casa y pensar en lo ocurrido. Pero claro, había olvidado el pequeño detalle de que nadie me aguantaba, y quien lo hacía era por mero interés. Más de una vez me había planteado el mandar todo a la mierda y rehacer mi vida lejos de allí, pero huir no era una solución y para ser sinceros, ser la chica popular del insti tenía sus ventajas.

Pensé mientras caminaba sin mucho sentido donde ir o qué hacer, hasta que finalmente me di por vencida: no había nada y no tenía a nadie. Me senté en un banco que había en un parque bastante abandonado y pasé mi mano por la cara un par de veces. Notaba como el nudo que antes había conseguido disimular, volvía de nuevo. No tenía ni fuerzas para no llorar, así que tras unos segundos más tarde las lágrimas ya mojaban toda mi cara. Fue en ese momento cuando un niño de unos cinco años se sentó junto a mí, me sonrió de lado y me miró con atención.- Mi mamá me tiene dicho que las niñas guapas no tienen que llorar porque se ponen feas.. -Dijo con la dulzura y la inocencia de un niño. Presté atención a sus palabras y le devolví una leve sonrisa. Al menos alguien intentaba animarme, aunque no me conociese de nada y tuviese cinco años.- Gracias.. -Contesté con la sonrisa aún dibujada en la boca, pasé mi mano por su cabeza y volví a mirar al frente.- Prometo dejar de llorar, ¿vale? No siempre un niño guapo viene a darte ánimos! -Le dije con un intento de parecer animada. En ese momento apareció su madre para disculparse conmigo y llevarse a su hijo de nuevo. Volvía a quedarme sola.

La seguí con el coche dejando siempre una distancia prudente entre ambos para que al girarse no se diese cuenta de que iba detrás. Ni siquiera sabía porque la seguía y porque me preocupaba en que no la pasase nada mas. Quizás era porque había conseguido hacerme sentir culpable, quizás porque aunque no quisiese admitirlo me preocupaba por ella y en cierto modo incluso había conseguido importarme. Aunque jamás admitiría algo así incluso para mi mismo.

Aparqué el coche al lado de la acera que daba a un parque al ver que se metía por aquel camino. Miré desde el coche como se sentaba en un banco. Miré hacía el frente moviendo la pierna con inquietud y finalmente suspiré y salí del coche acercandome hacía donde se encontraba ella.

Me senté en el banco a su lado y me mantuve en silencio sin saber que decir, hasta que finalmente rompí aquel incomodo silencio-¿Sabes? sé que soy un hijo de puta, lo sé y no me sorprende que la gente me lo diga, pero por muy hijo de puta que sea nunca te he tratado tan mal como para dejarte así-La miré queriendo que entendiese lo que quería decirla. Yo no era el malo de la pelicula, yo no tenía la culpa pero estaba claro que si no podía descargar su rabia con el cabrón que le había hecho aquello lo más fácil era descargarla conmigo-Dejaré que me pongas hasta arriba si eso te hace sentir mejor, prometo no decir ni media palabra-Aparté la mirada de nuevo y esperé a que siguiese atacándome si aquello iba a hacer que se relajase un poco.

A veces pensaba en como era la gente de mi alrededor, mis padres pasaban de mí y muchas veces me daba la sensación como que preferían la forma de ser de Amanda, no daba problemas y eso ahorraba muchos problemas. Mis parejas siempre me habían acabando dejando y encima por otras. Bueno, prefería no pensarlo demasiado, sino encima me iba a deprimir aún más.

Casi al instante de que el niño se fuese de mi lado, noté como otra persona se sentó junto a mí. No me di cuenta de quien era, hasta que dijo la primera palabra. Giré mi cabeza para mirarlo de forma algo sorprendida, aunque aún con los ojos llorosos. ¿Qué coño hacía éste aquí ahora? Por un momento pensé que iba a soltar otra de sus lindeces, pero para mi sorpresa se hecho un montón de mierda a si mismo. Alcé una ceja sin entender el porqué de aquello pero dejé que terminase. Carraspeé un poco la garganta y tras acabar de escuchar toda su charla pensé bien en que decirle.- Oye, para. -Le ordené esta vez yo.- Te he dicho que no quería que te volvieses acercar y otra vez estás aquí. No sé que quieres de mí, ni sé por qué vuelves a venir.. ¿te pone la situación? -Negué con la cabeza y acto seguido me callé.

En realidad tenía muy claro de que la culpable de lo que me pasaba no era nadie más que yo misma. Desde que lo había dejado con Jon las cosas cambiaban cada dos por tres. Primero fue Castiel, podía asegurar que sin antes haber roto con mi ex, ya estaba tonteando con él y luego, como me daba vergüenza lo que hacía, buscaba a alguien que se enamorase de mí. Pero claro estaba, eso nunca sucedía.

Bajé la mirada un momento y segundos más tardes la volví a subir.- No tengo nada en tu contra, Castiel. Pero.. no me convienes. -En eso estaba siendo sincera. Cast, no era una persona apropiada para mí. No sabía por qué los dos nos empeñábamos en liarnos y en tener ese rollo tan raro, cuando ni el uno ni el otro buscaba nada.- No quiero estar con alguien por vicio. Paso. Ni siquiera me gustas.. -A decir verdad, de eso último no estaba muy segura, pero no iba a dar mi brazo a torcer.- Me has creado una fama de mierda y casi me violan porque se piensan que pueden hacer conmigo lo que les dé la gana.. Y tú, en vez de ser una persona, has sido un gilipollas. Siempre eres un puto gilipollas conmigo porque soy una niña de papá y una consentida. ¿Pero sabes qué? Prefiero ser eso, que no alguien como tú.

Me senté a su lado y después de decir aquello me volví a quedar callado. Ni siquiera la miraba más bien tenía la vista dirigida hacía el frente, mirando los alrededores de aquel parque por mirar algún sitio. La verdad era que no había estado antes por aquel lugar.

Las palabras de Allison seguían siendo negativas hacía mi. Que no era una buena influencia lo sabía de sobra. No era la primera persona que me lo decía, ni era algo que yo mismo no supiese. Cualquiera persona en su sano juicio jamás estaría con alguien como yo. De hecho aunque ni siquiera sabía por qué me había aguantado durante todo este tiempo. La trataba como el culo y la seguía teniendo ahí, en la palma de mi mano. Aunque estaba claro que aquello se había acabado.

Tienes razón, no voy a quitartela. Pero que esperabas ¿qué fuese perdiendo el culo por ti como hacen los demás? Yo no soy así Allison. No soy un gilipollas únicamente contigo, soy así con todo el mundo-Sus palabras me hacían sentirme mal y hacían que cada vez me diese cuenta de que aquello que acababa de pasarla era por mi culpa, pero no podía actuar de otra forma, no sabía-Pero a diferencia de los demás contigo me he tragado mis palabras y he venido hasta aqui solo para asegurarme de que estas bien. Aunque supongo que este tipo de cosas no cuentan-Aquella última frase la dije dirigiendo mi mirada hacía ella.

Me levanté del banco y volví a meterme las manos en los bolsillos de la chaqueta-Si es lo que quieres lo tendrás. Vamos, te llevaré hasta tu casa, te dejaré en la puerta y no volveré a dirigirte ni una sola mirada.
Lo decía en serio y lo haría si era lo que ella quería.